Perón
"Buenos Aires, 18 oct (EFE).- Los sindicatos argentinos sedesmarcaron hoy de la batalla campal que tiñó de violencia eltraslado de los restos del general Juan Domingo Perón, mientras la oposición culpó de lo sucedido al presidente Néstor Kirchner. Si bien la cúpula del Gobierno evitó hasta ahora comentar los enfrentamientos con palos, piedras y armas de fuego, que dejaron entre 40 y 60 heridos, desde las filas del oficialismo se acusó al sector que responde al ex presidente Eduardo Duhalde, antecesor y rival de Kirchner en las filas del gobernante peronismo. Hugo Moyano, secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT), la mayor central sindical del país, aseguró hoy que los disturbios de este martes fueron "armados" con el objetivo de perjudicarle e impedir la presencia en el acto del jefe del Estado. Los disturbios los protagonizaron grupos sindicales rivales por ganar espacio frente al palco donde se rindió un homenaje póstumo al tres veces presidente argentino y fundador del PJ, antes de la colocación del féretro en un mausoleo construido en la finca "17 de octubre", en San Vicente, a 40 kilómetros de Buenos Aires. El féretro que contiene el cadáver momificado de Perón fuellevado el martes desde el cementerio porteño de la Chacarita a esa residencia que le perteneció al general y hoy es un museo, donde desde ahora reposarán. Moyano, también líder del sindicato de los camioneros, admitió que Emilio Quiroz, a quien la televisión registró cuando disparaba con una pistola, es un empleado de su gremio. "Lo de este hombre es un hecho lamentable. Si tiene que ir preso, que vaya preso", dijo Moyano tras recalcar que desconoce si los disturbios fueron producto de viejas cuentas pendientes entre el sindicato de los camioneros y el de los obreros de la construcción, como señala la mayoría de los testigos. Un juez libró hoy una orden de captura contra Quiroz, al que distintas versiones vinculan con Pablo Moyano, hijo del titular de la CGT y tesorero del gremio de los camioneros. Julio Piumato, líder de los trabajadores judiciales, atribuyó los incidentes en la residencia "17 de Octubre" a "sectores del poder económico" que están "en contra de los intereses populares". El dirigente indicó que "ningún peronista" fue este martes a "romper la casa y el auto de Perón", que quedaron absolutamente dañados tras la refriega, y consideró que "hay una campaña montada contra la reelección de Kirchner". Mãs explícitos fueron el subsecretario de Tierras para el Hãbitat Social, Luis D'Elía, y Carlos Kunkel, diputado por el Frente para la Victoria, la agrupación que lidera Kirchner dentro del peronismo, quienes identificaron a Duhalde (2002-2003) como el promotor de los enfrentamientos. "Duhalde y su esposa han vuelto a tener protagonismo y con ello vuelve una metodología que creímos superada en Argentina", dijo Kunkel. Para D'Elía, los disturbios fueron "un golpe del 'duhaldismo' contra la memoria y la pluralidad de los argentinos". Gerardo Martínez, líder del sindicato de la construcción, que tiene afinidad con Moyano, reconoció que en los incidentes participaron trabajadores de su gremio liderados por Juan Pablo Medina, quien a su vez se defendió al señalar que su organización respondió a la "provocación" de los camioneros. La oposición, por su parte, cargó las tintas contra el Gobierno argentino, cuyos actos, en palabras de Mauricio Macri, diputado y líder del centro-derechista Propuesta Republicana, siempre "representan violencia, confrontación y discordia", Macri afirmó que Kirchner "debe pedir disculpas a la sociedad" por el "espectãculo" de la finca de San Vicente, que a su juicio "fue visto en todo el mundo y desalienta las inversiones en el país". El centro-derechista Ricardo López Murphy coincidió en que "no hay otro responsable" que Kirchner por los incidentes, mientras Elisa Carrió, del centro-izquierdista Alternativa para una República Igualitaria (ARI), señaló que la violencia "no se puede parar cuando es alentada desde el poder". Carrió describió los disturbios como "una parodia de la tragedia que ocurrió en el pasado", en alusión a los sangrientos choques armados que sectores antagónicos del peronismo libraron el 20 de junio de 1973, cuando Perón volvió al país desde España después de 18 años de exilio."